jueves, 19 de julio de 2007

El mundo no ha vivido equivocado

Inodoro Pereyra, el Negro Fontanarrosa y Boogie, el aceitoso
El del medio (genial escritor, humorista y dibujante, futbolero y divertido como pocos) murió esta tarde, a los 62 años. Quienes lo acompañan en este dibujo, por suerte, vivirán para siempre. En eso, al menos, el mundo no ha vivido equivocado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me apena mucho la muerte de Fontanarrosa pero, como bien decìs Lord Henry, sus personajes siguen acompañándonos. Además, el historietista/cuentista por fin se libera de una terrible enfermedad.

Y pensar que los tipos como Von Wernik estan vivitos y coleando...

JLO dijo...

Fue imposible no poner hoy un post de Fontanarrosa...

irepetible... unico.... y no es verso: todos los q leemos sus cuentos y comics lo vamos a extrañar.... la puta...

Anónimo dijo...

Es cierto Lord, el Negro fue un grande, nos hizo cagar de risa con Best Seller, con Boogie, con Inodoro y con sus dibujos diarios. También algunos de sus cuentos son muy buenos, pero, a riesgo de parecer un desagradecido con quien me hizo reir (y mucho), creo que se exagera al calificarlo como un "genial escritor", calificación que leí varias veces en estos días. Yo creo que él mismo (siempre me pareció un tipo genuinamente modesto) nunca se hubiera adjudicado tal mérito, que debería ser reservado para unos pocos en la historia universal de la literatura. Cuántos? No sé, pero seguramente menos de lo que los marketineros nos quieren hacer creer. De todas maneras vale el recuerdo Henry. Salu2

Diego F. dijo...

El negro fue y sigue siendo un groso, te dejo esto que había publicado el año pasado, me parece que es parte de su legado y muestra su genialidad.

Abrazo.

Anónimo dijo...

La genialidad de Fontanarrosa está dada por la impronta de lo absurdo en un relato (casi) tradicional. Ese es el legado de las novelas y los cuentos, esa es la genialidad de Fontanarrosa. Son pocos los escritores en el mundo (W. Alem, tal vez) que tienen este genio, golpear con la carcajada al lector que desprevenidamente cree estar en un relato común. Es la primera vez que no me alcanza con el legado de un muerto genial, su ausencia física me es tan dolorosa que prefiero no releer nada de él por un tiempo
Gracias