lunes, 16 de abril de 2007

Si no es para vos, no es para vos... y tomátelas

Pasó el aluvión del 9º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) con su oferta inabarcable. En trece días se vieron casi 500 trabajos entre largos, medios y cortometrajes. En la noche del sábado se entregaron los premios en las distintas categorías.

Página/12 publicó hoy una entrevista a Fernando Martín Peña, director del festival desde hace tres años. Dijo Peña: "Me parece que el festival sirve para suplir la falta de oferta de lo que puede llamarse cine de calidad, o de arte, que se observa a lo largo del resto del año en la cartelera porteña. Claro que es un poco absurdo concentrar en menos de quince días una oferta de casi trescientos largometrajes, como sucedió en esta ocasión, pero eso tiene que ver con que durante el resto de la temporada estas películas no aparecen en las salas. Entonces, como es la única forma que el público tiene de llegar a ellas, nos vemos obligados a traerlas. Aunque, repito, me parece que es bastante irracional que sea así".

Tiene razón Peña. El Bafici debería funcionar --en parte lo hace-- como un contrapeso ante la masiva llegada de los tanques hollywoodenses, como un espacio en el que otro cine, otras miradas del mundo, tengan su lugar. Debería fomentar --en parte lo hace-- la diversidad cultural, muchas veces mutilada por las perversas reglas del mercado. Pero uno de los problemas es que se trata más bien de un festival exclusivo, y no inclusivo.

En casi dos semanas asistieron 222.700 personas a las 963 funciones, un 11 por ciento más que el año pasado. A un promedio de dos películas por persona --y me estoy quedando muy corto-- poco más de 111 mil vieron algún film. Es decir que en un área metropolitana con unos 12 millones de habitantes menos del uno por ciento asistió a alguna de las exhibiciones. Apenas en su segundo fin de semana en cartel, El código Da Vinci --probablemente la más asquerosa movida de marketing de la historia del cine-- ya había sumado casi un millón de espectadores.

No podemos pretender que un festival de cine independiente convoque tanta gente como un film de Hollywood que llega respaldado por una millonaria campaña publicitaria. Y está claro que es complicado armar un festival y diseñar la grilla de películas. Pero habría que repensar algunas cuestiones. ¿Quién puede ir al cine un martes a la 1.30 de la madrugada? Si sabemos que todos los frikis* corren detrás del nuevo cine oriental, ¿por qué hay películas que se exhiben apenas dos veces y en salas más bien chicas?

La publicidad oficial del Bafici tiene el eslogan "Si no es para vos, no es para vos". Como están las cosas parece que no es para la mayoría.

*Podemos denominar frikis (del inglés freak, fanático, raro, extravagante) a quienes van al cine con un ánimo celebratorio y sin intención de cuestionamiento. El cinéfilo, en cambio, mantiene una actitud crítica imprescindible para el mayor y mejor conocimiento del cine. En las distintas ediciones del Bafici siempre abundaron los primeros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En parte tenés razón Henry, pero no te olvides que la gente, incluídos la de capital y el gba, en su enorme mayoría prefiere a los programas como gran hermano, son de fierro y ahora tinelli. Creo que inevitablemente este tipo de festival son para minorías aunque duraran meses. Mirá si no las cifras del rating de cualquier buena peli que dan en canal siete.-
Salu2