lunes, 14 de mayo de 2007

Más sobre La vida de los otros

En uno de los comentarios del post sobre La vida de los otros, el amigo Matías K hace otro aporte para demostrar que se trata de una película muy, muy mediocre. Escribió:

"Malísimamente mainstream, con obviedades tales como hacer hincapié en la comparación sobre la puesta en escena de una obra antes de la caída del muro y después (uno de los protagonistas es autor y director de teatro). Le faltaba tener un amigo judío para transcurrir por lo políticamente correcto. No pierdan el tiempo."
Repensando el film, me animaría a decir que uno de sus grandes desaciertos es no separar la teoría socialista de la experiancia desastroza del comunismo estatal de la RDA.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi percepción de la película fue totalmente distinta. Me parece que la historia podría haberse ambientado en cualquier país sometido a un régimen controlador, y no exclusivamente a una nación perteneciente al bloque soviético.

Tampoco creo que la influencia del arte haya sido sobreestimada. Me parece que, dadas las características del protagonista, la "conversión" no es tan inverosímil.

Yo interpreté La vida de los otros como una fábula (con todas las "licencias" que esto implica), no como una película testimonial. Probablemente por eso no comparta las críticas publicadas en El Impreciso.

Anónimo dijo...

Por eso miro Gran Hermano. Esa sí es la vida de los otros. No jodan más con el arte.

Anónimo dijo...

Sos un poeta Diego!!!

Andrés dijo...

Estoy de acuerdo que la película es casi de género (thriller político, digamos), por lo que el contexto podría haber sido otro. Pero el director eligió instalar la acción ahí, y no en otro lado.

Me parece que en su ambición comercial apunta demasiado a dejar contentos a todos. Simplifiquémoslo así: a los de derecha, porque muestra las atrocidades del socialismo en la RDA; a los de izquierda, porque humaniza a uno de los responsables de aquellas atrocidades y lo muestra arrepentido.

Justamente la redención del agente de la Stasi a través de la influencia de algunas manifestaciones artísticas (y no del arte como un todo) me resultó poco creíble. El tipo es un cuadro ejemplar y al otro día, canción, poema y romance de por medio, se da vuelta. No lo vi como una fábula. ¿Dónde está la moraleja?

Un saludo

Anónimo dijo...

Las moralejas son varias, me parece. Menciono los dos más evidentes: la posibilidad de cierta "redención" a partir del arte (justamente uno de los aspectos que criticás del guión); la maleabilidad de los seres humanos (maleabilidad que caracteriza tanto al agente de la Stasi como a la esposa del dramaturgo).

Por los comentarios que leí en éste y en otros blogs, no da la sensación de que La vida de los otros deje contentos a todos. En caso de que ésa fuera su intención, von Donnersmarck fracasó.

En cambio, sí es una película que, para bien o para mal, no provoca indiferencia. Habiendo tanta cosa sosa dando vueltas por ahí, esa sola posibilidad se me presenta casi-casi como una virtud.

Saludos, Lord. :)

Mariano T. dijo...

Que los alemanes hagan películas sobre su bastante reciente experiencia me parace bastante lógico.
Nosotros todavía hacemos sobre la dictadura que terminó en el 83, y su experiencia con el "socialismo real" terminó en el 89.
Si hay un personaje de la policía secreta, me parece lógico que en un país democrático se lo vea con una luz negativa.
Y me gustó el comentario en el post anterior sobre ese tema de que Stalin tenía razón al no permitir el "arte capitalista degenerado", porque la película probaba que podía corromper a honrados funcionarios del estado socialista.
Me parecen raros algunos comentarios:
Existió o no la RDA?
Fue un régimen abierto y con libertades o un régimen totalitario?
El muro de Berlin fue real o virtual?
Es reaccionario hablar de esas cosas, o hay que esconderlas?

Andrés dijo...

Me quedo con eso último, Spectatrice: a pesar de cierta unanimidad en los elogios, tal vez el mayor mérito de la película sea no provocar indiferencia y generar discuciones como estas.

Un saludo