lunes, 26 de febrero de 2007

La noche en que Scorsese (por fin) ganó un Oscar

Tal como anticipó ayer El Impreciso, Martin Scorsese obtuvo anoche su primer Oscar. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos saldó así su deuda con uno de los más grandes realizadores de los últimos 40 años. Luego de haber dirigido enormes películas (como Taxi Driver, Buenos Muchachos y, sobre todo, Calles salvajes y Toro salvaje), por lo menos le entregaron la estatuilla por un buen film, algo que no hubiese ocurrido con sus recientes nominaciones por Pandillas de Nueva York y El aviador. Así que, al menos por este año, podemos decir que los Oscar no son artísticamente de morondanga.

Con Los infiltrados, Scorsese confirmó algo tan viejo como el cine mismo: que con una cámara ubicada en el lugar preciso y música bien elegida alcanza para hacer una buena película. El travelling que acompaña la entrada de Jack Nicholson al mercadito con "Gimme Shelter" sonando de fondo (una de las primeras escenas del film) es un buen ejemplo en este sentido. La cinta se impuso anoche en cuatro de sus cinco nominaciones: película, dirección, guión adaptado y edición. Marty, con alguna lágrima detrás de sus enormes lentes, recibió el premio de manos de otros tres grandes: Francis Ford Coppola, Steven Spielberg y George Lucas.

En las actuaciones no hubo sorpresas: sabemos que a la Academia le encantan las imitaciones, las caracterizaciones y los cambios de acento. Consecuentemente, premiaron a Helen Mirren por La reina y a Forest Whitaker por El último rey de Escocia. Alan Arkin fue el mejor actor de reparto por Pequeña Miss Sunshine y Jennifer Hudson --ganadora de "American Idol" y fiel representante del american dream-- la mejor actriz por Soñadoras.

El promocionado boom de los mexicanos fue, por suerte, apenas un bluff: Babel y Niños del hombre pasaron desapercibidas. Un poco mejor le fue a El laberinto de Fauno: ganó por maquillaje, fotografía y dirección de arte, aunque la mejor película extranjera fue la alemana Das Leben der Anderen, de Florian Henckel von Donnersmarck.

Gustavo Santaolalla volvió a ganar la estatuilla a la mejor música original, el único premio que consiguió Babel. Nos cae bien Santaolalla, y cuando subió a buscar el Oscar afloró cierto espíritu patriotero y se nos dibujó una sonrisa. Pero también es cierto que su música colaboró con la insoportabilidad de la película. Otra sonrisa nos había arrancado un rato antes Ennio Morricone, cuando Clint Eastwood le entregó un Oscar honorario por su trayectoria.

Una de las sorpresas de una noche sin sorpresas fue la derrota de Cars como mejor película animada frente a Happy Feet, el pingüino, de George Miller (¿otro mérito de Kirchner?). Como no podía ser de otra manera, en la autodenominada primera gala "verde" de los Oscar Al Gore se llevó dos estatuillas: La verdad incómoda como mejor documental y I Need to Wake Up, de Melissa Etheridge, como canción original. Más allá de esta eterna corrección política de la Academia, nos gustó además el premio al vestuario para María Antonieta, de Sofía Coppola, una película subvalorada por la crítica.

No le prestamos demasiada atención al insoportable e interminable tránsito de las estrellas por la alfombra roja (¿alguien le va a decir alguna vez a la insufrible Ana María Montero, la de TNT, que sólo con hablar inglés no alcanza?). Muchos menos nos vamos a dedicar a analizar quiénes fueron los peor y mejor vestidos. Pero ante la ausencia de Jennifer Connelly (si estuvo, no la vi) podemos decir que las más lindas de la noche fueron Helen Mirren y Diane Keaton, que anunció el premio a la mejor película junto al gran --y ahora rapado-- Jack. Sí, ya se que podrían ser mis abuelas, pero qué bien le pasan los años a estas dos señoras.

domingo, 25 de febrero de 2007

Estamos con vos, Marty


Dentro de un rato comienza en el Kodak Theater de Los Angeles la 79º entrega de los premios Oscar. Ya comentamos en este blog algunas cuestiones sobre cuatro de las películas nominadas. Sólo nos faltó Pequeña Miss Sunshine, que dejé pasar cuando se estrenó en cine, aún no se ha editado en DVD y no la repusieron luego de las nominaciones. Recién la vi esta tarde (tuve que bajarla con el eMule*) y es una buena película. Pueden encontrar una crítica interesante de Rodrigo Seijas en Cineísmo.

Según nuestros lectores (¿tendremos alguno?) la ganadora como Mejor Película será Los infiltrados, de Martin Scorsese, como pueden ver más abajo, en el gráfico con los resultados de la encuesta que tuvimos colgada en el blog hasta hace unos minutos. Lo que no significaría el primer Oscar para el gran Marty, ya que --bien sabido es-- el premio a la película en Hollywood es para el productor y no para el director. Nuestra corazonada, de todas maneras, es que "Los infiltrados" se llevará los dos, película y dirección. Luego del triunfo de Vidas cruzadas el año pasado, no creo que la Academia reincida en galardonar al cine choronga (en este caso, representado por Babel). Pero si no es así ya tendremos tiempo para reiterar que los premios Oscar son artísticamente de morondanga.


*A quienes suelene bajar películas con el eMule, les recomiendo la página Cine Subtitulado. No tiene gran cantidad de films, pero todos están en idioma original y con subtítulos pegados de buena calidad (sin faltas de ortografía y demás errores). Ideal para quienes después pretenden grabar en DVD.

¿Ustedes odian...



...a estas insoportables ranas tanto como yo? Si es así, habrá que tener paciencia: La familia del futuro se estrena en Argentina recién el 29 de marzo.

sábado, 24 de febrero de 2007

God save the Queen


La escena inicial deja en claro cómo serán los noventa y pico de minutos que siguen. La Reina está mirando por televisión las noticias sobre el triunfo de Tony Blair en las elecciones para Primer Ministro mientras un artista negro la retrata en un lienzo. Ella le pregunta si ya votó y él le responde que sí, pero que no lo hizo por Blair. "Le envidio el poder votar", dice ella. "Por la pura alegría de ser parcial", agrega. "Sí. Por supuesto uno olvida que como soberana no se le permite votar", comenta él. Y añade, con una sonrisa: "Puede ser que no se le permita votar, señora, pero es su gobierno". Y cierra ella, también con una sonrisa: "Sí... Supongo que eso es algún consuelo".

La escena juega con aquello de quién reina y quién gobierna, tema que estará presente en el resto de la película. Pero también redunda en explicarnos que la Reina Isabel no puede votar. Así es La Reina: un filme redundante, que remarca demasiado algunos conceptos. Las figuras y alegorías que inundan la película suelen ser un tanto obvias (como el encuentro con el ciervo en medio del campo) y varios diálogos se vuelven innecesarios (como cuando la esposa le recuerda a Blair su cambio de postura con respecto a la Corona). Aunque lo aparenta, La reina no es tan sutil como parece.

La película no es un biopic. Sólo se cierne a un momento determinado de la vida de la Reina: la semana posterior a la muerte de Lady Di. Como Blair durante aquellos días, la película va girando a medida que avanza el relato. Comienza siendo muy dura con Isabel y el Primer Ministro, pero luego recula y plantea una especie de empate técnico que deja conformes a todos: la monarca comprende que debe modernizarse y el político, lo necesario de la Corona.

Otro de los desaciertos parece obra del Stephen Frears: lo que podría haber sido una mirada intimista sobre la vida en el Palacio de Buckingham no pasa de ser un relato convencional que recurre en exceso a contarnos lo que ocurre puertas afuera. El trabajo de dirección jamás despega de lo convencional y por momentos se acerca demasiado a los códigos televisivos.

Aunque a priori se pueda prever aburrido y solemne (sobre todo en países como el nuestro, donde todo lo relacionado con las monarquías suena tan lejano), el film entretiene. Incluso algunas secuencias causan gracia, sobre todo aquellas en las que Isabel parece desconectada del resto del mundo. Helen Mirren está --otra vez-- espléndida, trabajo por el que seguramente recibirá mañana su primer Oscar. Otro que destaca es Michael Sheen como Blair, papel que ya había interpretado en el telefilme The Deal (2003), también dirigido por Frears y escrito por Peter Morgan.

LA REINA
Título original: The Queen. Fecha de estreno: en Gran Bretaña, 15 de septiembre de 2006; en Argentina, 22 de febrero de 2007. País: Francia, Gran Bretaña, Italia. Duración: 97 minutos. Producción: Andy Harries, François Ivernel, Christine Langan y Cameron McCracken. Dirección: Stephen Frears. Guión: Peter Morgan. Fotografía: Affonso Beato. Montaje: Lucia Zucchetti. Música: Alexandre Desplat. Elenco: Helen Mirren (La Reina), Michael Sheen (Tony Blair), James Cromwell (Príncipe Philip), Sylvia Syms (Reina Madre), Alex Jennings (Príncipe Carlos), Helen McCrory (Cherie Blair), Roger Allam (Robin Janvrin).

miércoles, 21 de febrero de 2007

Un ejercicio infrecuente y necesario


Son películas distintas y, como tales, no hace falta ver las dos para comprenderlas. Pero la real magnitud de este inusual proyecto de Clint Eastwood sólo se vislumbra con el conjunto que forman La conquista del honor (título tonto que eligieron aquí en lugar del original "Banderas de nuestros padres") y Cartas desde Iwo Jima. Algunos lo denominaron díptico o lo describieron como las dos caras de una misma moneda. Aunque es parcialmente cierto, se trata de mucho más que eso.

El primer film --en realidad, el primero que se estrenó en Argentina-- no es una película de guerra clásica, aunque el desembarco de las tropas estadounidense en las costas de la pequeña isla japonesa de Iwo Jima promete ser una de las secuencias del año. Tampoco es un alegato antibélico, como sí lo era La delgada línea roja (1998). Y mucho menos una exaltación patriotera al estilo Rescatando al soldado Ryan (1998). Se trata sobre todo de una mirada decepcionada, desencantada, que desmitifica de manera lúcida la figura del héroe y su construcción mediática.

De hecho, el famoso momento en el que se iza la bandera --que dio lugar a la célebre foto de Joe Rosenthal alrededor de la cual gira la película-- apenas si se muestra, aparece casi como algo trivial. Sí, en cambio, se ven varias de las reconstrucciones posteriores de aquel hecho en suelo norteamericano. En este sentido es fabulosa la escena del estadio, prueba cabal de que una cámara bien ubicada (en este caso, sobre una grúa) puede decir más y mejor que miles de diálogos, que aquí algunas veces terminan siendo demasiado redundantes --deben ser obra de Paul Haggis, uno de los guionistas de la película y director de Vidas cruzadas (2004), probablemente la peor ganadora del Oscar de la historia--.

"Cartas desde Iwo Jima", la segunda en orden de estreno, es en cambio una película mucho más intimista. Se muestra --por momentos de manera desgarradora, aunque sin apelar a golpes bajos-- el sufrimiento de las tropas japonesas que deben defender la isla pero conocen la proximidad de una derrota inexorable. Tal vez aquí se note la mano de la japonesa Iris Yamashita, que hace girar el guión en torno a unos pocos personajes, todos singulares, sin heroísmos y con el mismo temor ante una muerte que se siente cercana e inevitable.

Se ha dicho y escrito miles de veces --no sin cierto grado de razón-- que Eastwood es el último de los directores clásicos de Hollywood. También se sabe que no es precisamente un hombre identificado con el progresismo yanki y mucho menos con la izquierda. Pero estas dos películas dejan en claro que lo que en manos de cualquier otro podría haber terminado como un insoportable ejemplo de corrección política es ni más ni menos que un ejercicio tan infrecuente como necesario.

LA CONQUISTA DEL HONOR
Título original: Flags of Our Fathers. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 20 de octubre de 2006; en Argentina, 25 de enero de 2007. País: Estados Unidos. Duración: 132 minutos. Producción: Clint Eastwood, Robert Lorenz, Tim Moore, Steven Spielberg. Dirección: Clint Eastwood. Guión: William Broyles Jr. y Paul Haggis, sobre un libro de James Bradley y Ron Powers. Fotografía: Tom Stern. Montaje: Joel Cox. Música: Clint Eastwood. Elenco: Ryan Phillippe (John "Doc" Bradley), Jesse Bradford (Rene Gagnon), Adam Beach (Ira Hayes), John Benjamin Hickey (Keyes Beech), John Slattery (Bud Gerber), Barry Pepper (Mike Strank), Jamie Bell (Ralph "Iggy" Ignatowski).


CARTAS DESDE IWO JIMA
Título original: Letters from Iwo Jima. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 12 de enero de 2006; en Argentina, 15 de febrero de 2007. País: Estados Unidos. Duración: 141 minutos. Producción: Clint Eastwood, Paul Haggis, Robert Lorenz, Steven Spielberg. Dirección: Clint Eastwood. Guión: Iris Yamashita. Fotografía: Tom Stern. Montaje: Joel Cox y Gary Roach. Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens. Elenco: Ken Watanabe (General Tadamichi Kuribayashi), Kazunari Ninomiya (Saigo), Ryo Kase (Shimizu), Shido Nakamura (Teniente Ito), Hiroshi Watanabe (Teniente Fujita), Takumi Bando (Capitán Tanida), Yuki Matsuzaki (Nozaki).

viernes, 16 de febrero de 2007

Dolores y sonrisas

Amigos con dinero (2006) es de esa clase de películas que deliberada y prejuiciosamente dejo pasar cuando se estrenan en cine. ¿Cómo puede ser buena si la protagoniza Jennifer Aniston* e incluye la palabra "Friends" en el título? La serie es fabulosa, pero esto tiene que ser una movida marquetinera.

Sin embargo resulta que un día la veo en DVD y está buena la película. Y entonces me pongo a buscar un poco y me entero de que se presentó el año pasado en Sundance. Y que es el primer film de la directora Nicole Holofcener que llegó a los cines de Argentina. Y la empiezo a mirar de otra manera.

No se trata de una gran película, pero tiene unos cuantos aciertos bastante infrecuentes en el cine estadounidense de hoy, incluyendo el indie. No ofrece una mirada original ni reveladora sobre los problemas de las parejas de 30/40 y pico (tampoco la busca), pero propone un acercamiento sincero y honesto, sin golpes bajos ni grandilocuencias. Aquí hay cuestiones dolorosas que apenas se mencionan, como una pareja que no coge desde hace un año o una relación que terminó mal y dejó una herida que no cierra. Todo con una sonrisa, aunque no se trate de una comedia. En este sentido podría verse, más allá de las diferencias, como lo opuesto a 21 gramos o Babel, filmes densos y solemnes donde todo es todo el tiempo traumático, doloroso, excesivo.

Holofcener --también guionista de la película-- crea personajes conflictivos, ambiguos, imperfectos. Por lo tanto verosímiles. Y cuida a sus intérpretes, sin exigirles primeros planos angustiosos e innecesarios. Las escenas terminan donde debe terminar, y a otra cosa. Por eso se luce Aniston, única estrella del elenco, como una mujer que no sabe qué hacer con su vida y trabaja limpiando las casas de los ricos (debe ser la segunda empleada doméstica más asombrosamente bella de la historia del cine, después de Jennifer Connelly en La casa de arena y niebla). Y un dream team de eternas y talentosas actrices de reparto que son, justamente, las amigas con dinero: Catherine Keener, Frances McDormand y Joan Cusack.

Esta película (y supongo que también las otras dos de Holofcener) tiene cierto punto de contacto con la obra de Lucrecia Martel: aunque en contextos completamente diferentes, a grandes rasgos tocan los mismos temas (la problemática femenina, podríamos decir). Las dos cuidan a los actores y tienen una forma de narrar que le escapa a los excesos y genera situaciones y diálogos creíbles. Lo que no es poco.

Una de las premisas básicas para disfrutar de una película es quitarse los prejuicios y entender que la historia de un policía que viaja al pasado con una máquina del tiempo para evitar un atentado terrorista (Déjà Vu, pongamos) puede ser infinitamente superior a otra que pretende adentrarse en los grandes problemas de la humanidad (por ejemplo Babel; perdón por la insistencia, pero es que me pareció una garcha).

*En realidad, Aniston ya había sorprendido en otra buena película: Viviendo con mi ex (otra traducción boba). Aunque antes había hecho la insoportable Descarrilados.

jueves, 15 de febrero de 2007

Mel Gibson está loco

La imagen que ven arriba es un fotograma (una de las 24 fotografías que conforman un segundo de película) de Apocalypto, el último film de Mel Gibson. El que aparece es Wally (o Waldo), el famoso personaje del jueguito que siempre hay que buscar en medio de un mar de gente. Aquí está sobre cientos de cadáveres de indígenas precolombinos. ¿No me creen? Miren este video en YouTube.

sábado, 10 de febrero de 2007

Girls, girls, girls

El título del post refiere a una canción de Mötley Crüe, pegajosa, ligera y ochentosa. Una de esas tantas que parecían especialmente dedicadas a las strippers. En estos días el canal de cable VH1 está emitiendo el especial Las 100 más grandiosas canciones de los '80. Lo que nos hizo recordar algunos de los videos más hot de una década a la que los que hoy rondamos los treinta nos resulta difícil no regresar una y otra vez con cierta nostalgia.

A continuación van tres de aquellos videos que despertaron nuestras juveniles e inexpertas hormonas masculinas. Todos pasaron la censura de MTV, así que esperamos que esta vez el amigo Matías K no se escandalice.

El primero es Here I Go Again* (1987), un clásico de Whitesnake, banda que durante bastante tiempo funcionó como una especie de banco de suplentes de Deep Purple. Dirigido por Marty Callner, aquí la chica en cuestión es la actriz y modelo Tawny Kitaen, por entonces novia, luego esposa y más tarde ex de David Coverdale. Se la ve muy sexy bailando en ropa interior blanca sobre el capot de dos Jaguars. Mantuvieron idéntico mal gusto en el video de It is love. El efecto fue el mismo: Kitaen y sus hot legs seguían rajando la tierra.




El segundo es Robert Palmer, con su estilo tan british (de hecho, nació en Inglaterra), en Addicted to love, de 1986, dirigido por el fotógrafo Terence Donovan. Lo acompañan --simulando tocar instrumentos-- cinco chicas muy parecidas que impactan con sus minifaldas, sus ojazos y esos labios de furioso rojo. Palmer se entusiasmó con la idea y las contrató para sus próximos dos videos: Simply Irresistible y I Didn't Mean to Turn You On.




And last but not least, Freedom 90, de George Michael. Gran canción, gran video de 1990 dirigido por David Fincher (que luego hizo Seven - Pecados capitales y El club de la pelea, entre otras películas). Michael no se muestra. Sí se luce, en cambio, un dream team de supermodelos, bellezas únicas de aquellos años: Naomi Campbell, Linda Evangelista, Christy Turlington, Tatjana Patitz y Cindy Crawford. Es interesante ver además como el cantante se deshace aquí de los símbolos de su etapa anterior (sobre todo de Faith): la campera de cuero, la guitarra y la rockola.



*YouTuve levantó de sus servidores el video de "Here I Go Again". Pueden ver dos capturas acá y acá. O bajarlo con el eMule.