martes, 8 de mayo de 2007

¿Gana el que sale segundo?

Algunas cuestiones ante la posibilidad concreta --casi segura-- de que el próximo jefe de Gobierno porteño se defina en el ballotage*.

En los equipos de campaña de Jorge Telerman y Daniel Filmus está instalada la idea --esto es una suposición, no cuento con información de primera mano al respecto-- de que el que salga segundo en las elecciones del domingo 3 de junio se impondrá en el ballotage del 24. Es decir: Mauricio Macri gana en la primera vuelta, pero en la segunda pierde frente a un candidato de perfil progresista. Algo similar a lo que ocurrió en los comicios de 2003, cuando se impuso Aníbal Ibarra.

Pero el escenario cambió. Hace cuatro años gran parte del "progresismo" (cuando se habla del progresismo en Buenos Aires siempre conviene, por las dudas, poner unas comillas) estaba detrás de la candidatura de Ibarra. Elisa Carrió, el socialismo, el kirchnerismo, las agrupaciones piqueteras K y quienes hoy apoyan a Telerman, entre otros, respaldaban la boleta del destituido jefe de Gobierno. Estaba más claro el enfrentamiento entre, digamos, el representante del centroizquierda y el del centroderecha.

Hoy la cosa es distinta. Filmus tiene el apoyo de Ibarra (más bien de su imagen pública y su alto nivel de conocimiento, porque el bueno de Aníbal nunca entendió que no se puede hacer política sin militantes) y de otros sectores del centroizquierda (Carlos Heller, Miguel Bonasso). Pero Carrió, que todavía vende un costado progresista, se fue con Telerman. El socialismo (una pyme de la política, como definió Escriba) se partió en mil pedazos. Ahora los candidatos fuertes son tres, y ya no es tan clara la antinomia izquierda-derecha.

En estos cuatro años Macri logró sacarse de encima lo que él y su gente veían como algunos prejuicios. Creo que logró despegarse de la imagen de chico rico que, después de aburrirse con las empresas de papá, quiere jugar en política. El tipo perdió en 2003 y se la "bancó" (ante la falta de ingenio vuelvo a recurrir a las comillas) en la oposición. Además, viene de un triunfo bastante claro en las legislativas de 2005. Es cierto que aún pelea contra un alto porcentaje de la población que asegura que no lo votará. Las encuestas coinciden en que esa imagen negativa le marca un techo de intención de voto de alrededor del 40 por ciento. Pero también sabe presentarse como un tipo que se preocupa por los problemas de la Ciudad y tiene un equipo técnico que sabe cómo resolverlos. Sólo falta, según esta lógica, que le den una posibilidad para demostrarlo.

Por otro lado, Macri tiene un discurso bien armado, sólido. No digo que me guste, mucho menos que me convenza (ya le vamos a dedicar unas líneas a su discurso), pero está bien vendido. Su argumento más fuerte: Telerman y Filmus gobernaron la Ciudad --o formaron parte de los gobiernos-- durante los últimos 10 años y así estamos. En este sentido podemos coincidir en que la gestión de Ibarra no fue de lo mejor. Y ahora, en lugar del insulso de Horacio Rodríguez Larreta, lo acompaña Gabriela Michetti, la mina a la que todos respetan y que aporta el perfil humano de la fórmula.

Ojo, que a Mauricio le veo buenas chances. Y entonces ya no estaría bueno Buenos Aires.

*Si buscan algún análisis más riguroso sobre lo que puede pasar en las elecciones en Capital Federal recomiendo leer alguno de estos:

  • El Criador vaticina acá y acá una segunda vuelta Macri--Filmus.
  • Con números, Artemio López analiza acá la fidelidad que las listas de legisladores tienen con la boleta del jefe de Gobierno (parece que Ibarra no aporta tanto). Acá, el efecto que puede generar el reciente respaldo de Rodolfo Terragno a la candidatura de Telerman. Y acá despliega datos de una encuesta muy reciente que muestra a Macri primero cómodo y a Telerman un punto y media arriba de Filmus.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ehhh, qué pasa Lord? hay seducción del joven triunfador de los ojos celestes? Pero es cierto que la Michetti es un cuadro, a diferencia del mantenido ingeniero. Yo también creo que hay peligro de gol bostero.

Andrés dijo...

No, por favor. Macri me seduce menos que las tetas de Cherasny. Sólo intenté explicar por qué creo que esta vez el exitoso joven de ojos claros tiene chances concretas de ser el próximo jefe de Gobierno. Lo que --estoy convencido, más allá de mi corazón xeneize-- sería muy malo para la Ciudad.

Un saludo

Anónimo dijo...

Comparto lo de Henry (no el corazón bostero), creo que esta vez se le puede dar al heredero. Salu2