lunes, 13 de noviembre de 2006

¿Justicia o linchamiento?



Está claro que se hace imprescindible oxigenar la Justicia, el menos democrático de los tres poderes del Estado. La renovación de la Corte iniciada por Kirchner (y que concluye con el proyecto para reducir a cinco el número de miembros) avanzó en ese sentido. Pero ahora el Gobierno --a través de CFK-- está impulsando el juicio por jurados, previsto por la Constitución Nacional en su artículo 24 y nunca instaurado. En el país ya hubo algunas experiencias en Córdoba.

Juan Carlos Blumberg, siempre recostado en las ideas lombrosianas y en las teorías del Manhattan Institute y la Heritage Foundation, hace rato que insiste con la cuestión, que integró todos sus petitorios. Este fin de semana, en una entrevista con Página/12, Raúl Eugenio Zaffaroni se mostró rotundamente en contra.

¿Es el juicio por jurados una forma de participación popular que ayudará a democratizar la Justicia? ¿O abre la posibilidad de que abogados inescrupulosos (tipo Burlando) monten un show mediático a lo Petrocelli para convencer al jurado? ¿Da carta blanca para que los argentinos suelten todos sus prejuicios y terminen linchando a un "negro cabeza" porque se robó un queso en el súper? ¿O ayudará a terminar de una vez por todas con la burocracia judicial vitalicia? En definitiva: ¿es una iniciativa piola o forma parte de la paranoia blumberiana?

7 comentarios:

G.F. dijo...

La “sensación térmica” de inseguridad se basa fundamentalmente en los delitos vinculados con la pobreza, es decir la criminalidad de aquellos que perdieron en un “reparto anterior”, no me parece que desde los medios se hable acerca del delito denominado de “cuello blanco”, es decir los delitos vinculados con los sectores poderosos, y la bajada de línea fundamental de estos discursos la hacen aquellos sujetos que en otro momento reclamaron el “estado mínimo”, es decir, los que propiciaron el desguace del estado de bienestar y luego de generar el estado mínimo, la propuesta que tienen es la de “criminalizar” a los excluidos. Este discurso de criminalización y penas máximas, new yorker boys, tolerancia cero, etc, parece prender muy fuerte en la clase media y ello, para mi, responde a varias razones, una de ellas es que tiene la “magia” de la solución fácil, de la solución fácil meramente retórica por supuesto, hace ocho siglos que se consolido el poder punitivo y no resolvió ninguna cuestión social, por otro lado es innegable que existen delitos y tampoco es ilegitimo pretender que se resuelva esto o se aminore y además por que los sectores generalmente mas desposeídos, esos que perdieron en el “reparto previo” son los que padecen mas la inseguridad, delitos de toda índole, pero principal y mayoritariamente aquellos de la criminalidad de la pobreza. El tema principal es volver al eje del problema, no atacar la punta del iceberg únicamente, se ha mutilado el significado real de la palabra “seguridad”, se lo limita únicamente a la seguridad de las personas en cuanto a no sufrir un delito, cuando en realidad la palabra SEGURIDAD en un estado constitucional de derecho, un estado social y democrático de derecho, implica la posibilidad de gozar y disfrutar efectivamente y no retóricamente, de los derechos humanos básicos, eso significa seguridad, la reducción que se opera de la palabra, quita todo lo que no tiene que ver con la seguridad física, es decir seguridad social, posibilidad de acceso a la salud, educación, ingerir alimentos, en fin, en términos generales con la efectivización de los derechos económicos, sociales y culturales. Asimismo la reducción es funcional a evitar todo lo que tiene que ver con la criminalidad de los poderosos, de los incluidos y en ultima instancia también quita de escena toda la inseguridad que genera el propio estado a través de “agencias ejecutivas” que generan “violencia institucional”, de esto se vuelve apelando a una “aspiración” que implica el modelo normativo de un estado constitucional de derecho por la efectivización de los derechos humanos, en definitiva de eso se trata, debemos empezar a pensar que el problema que tenemos es de efectivización de derechos, no de consagración ya que el sistema dota de jerarquía constitucional a los instrumentos de Derechos Humanos desde 1994, con lo cual el problema no es normativo sino de efectivización. Ahora si la preocupación es la “criminalidad” de los excluidos, la propuesta básica que podríamos hacer es luchar contra la exclusión, garantizar los derechos básicos, ante esta bajada de línea que es en definitiva el pensamiento neo liberal o neo conservador, de “estado mínimo”, donde Robert Nozick planteaba que los únicos fines legítimos del estado son la seguridad y la defensa exterior, en estos términos es planteado y para ellos todo “lo demás” violaba derechos.
Todo esto se agrava cuando algunos irresponsables hacen propuestas que poco se asimilan a una discusión penal o criminal seria y cierta y se acercan mas a lo que el grueso de la gente quiere escuchar, sabiendo de antemano que no proporciona ninguna solución y ello esta por demás probado, y se agrava también por que la posibilidad de respuesta de los Estados Nacionales en un contexto “globalizador”, queda muy circunscripta y pareciera que solo se puede proponer un aumento de la represión, ya sostuvo un conocido sociólogo francés que “la atrofia del estado social conduce a la hipertrofia del estado penal”. También es preocupante que los referentes sociales del tema “seguridad” sean los padres de la victimas y que encima se asesoren con las escuelas penales mas duras, es por supuesto comprensible el dolor y es hasta comprensible una respuesta emotiva o que hasta pueda tener que ver con el odio, es decir mayor que el estimulo y es comprensible desde el aspecto humano, pero es incomprensible que desde el mero padecimiento del dolor se pretenda hacer filosofía o contarnos como debe ser un modelo de estado o pedir respuestas represivas, son cuestiones de diversa índole, no habilita para profesar en estos temas, por supuesto son propuestas y están al mismo nivel que las que pueda hacer el resto de la ciudadanía “común”, el tema es que estos discursos son funcionales a un determinado modo de ejercicio del poder y permite focalizar solo una parte de la “criminalidad”, pero también hay otra criminalidad y por lo general tiene que ver con golpes mas sangrientos, mas mediáticos y llamativos y en términos generales es una criminalidad impune, es la delincuencia denominada de “cuello blanco” y la regla general es la impunidad, por eso discrepo con quienes sostienen que hay una relación de necesariedad entre pobreza y criminalidad sino que es entre pobreza y criminalización, es decir con una persona de carne y hueso que es aprehendida o captada por el sistema penal a la cual se le atribuye la comisión de un delito y ello es perceptible con la sola vista de quienes pueblan las cárceles, reformatorios, etc, el resto de la historia implica una mayor dañosidad social, la impunidad de los delitos de los poderosos no tienen que ver con la menor dañosidad social o mayor dificultad probatoria sino con una decisión política de persecución, el estereotipo que nos viene a la mente cuando hablamos de una persona que delinque o de un delincuente, es una persona joven, de sexo masculino, tez morena, zapatillas, pantalones capri, una gorra viscera dada vuelta, algún tatuaje y generalmente un arma, esa es básicamente la representación colectiva del delincuente, en realidad se trata de la representación colectiva del “pibe chorro”, es la representación colectiva de una persona que perdió en otros “repartos”, un reparto de bienes, claro y gano en el reparto de “males”, y también triunfó en el estereotipo de delincuente, pero es mas que obvio que con esas características, no puede estatizar la deuda privada, saquear un país, llevarse en el bolso los fondos de los jubilados o de las obras publicas, realizar megacanjes, etc etc.
Si es este tipo de criminalidad la que nos preocupa y motiva tantas marchas, la solución es muy sencilla e implica la efectivización de derechos y luchar contra la exclusión básicamente.

Anónimo dijo...

Los juicios por jurardo lo que proponen es hacer responsables a los cuidadanos de las sentencias. ¿Cuántos ciudadanos están capacitados para comprender esta responsabilidad? Y no digo esto desde un lugar de prejuicio. Lo digo desde el lugar de ciudadana que no quiere ser jurado, es la justicia la que tiene que resolver las sentencias. Las categorías de culpable o inocente están legitimadas por la sociedad a través de instituciones que capacitan para tomar tales decisiones. La burocracia judicial se termina con debates y acciones, igual que la burocracia sindical, estatal, etc..... Además "si esta cárcel sigue así, todo preso es político...."

Andrés dijo...

Estados de acuerdo, Gonzalo. Y para profundizar en esas cuestiones recomiendo leer a Loic Wacquant: "Las cárceles de la miseria" (Manantial, Buenos Aires, 2000) y "Parias urbanos" (Manantial, Buenos Aires, 2001).

Por otro lado, estimada usuaria anónima, si no implementamos el juicio por jurados, ¿cómo mejoramos la Justicia? ¿Con la elección de los jueces por voto directo? Pregunto porque aún no encuentro respuestas.

Saludos

G.F. dijo...

Justamente de el libro las carceles de la miseria es la referencia que hago en cuanto a que "la atrofia del estado social conduce a la hipertrofia del estado penal". Sls. Gonzalo.-

gA dijo...

Henry: recién veo este post y me llama la atención que hayamos tratado el mismo tema en el mismo día, y usando el afiche de la misma peli. Aunque el mío, que está en esta entrada tiene una versión distinta...

En suma, lo que digo allí está escrito en clave jurídica (aunque llana) pero mantiene el tono escéptico de lo que dijiste y hay también debate posterior en los comments...

Andrés dijo...

Casualidades. De todas maneras, es medio obvio recurrir a "Doce hombres en pugna" para ilustrar una discusión sobre el juicio por jurados. La película es un clásico en este sentido.

Acá lo que intenté es plantear una discusión más política que jurídica.

Saludos

Iván G. Fernández Paz - Director dijo...

Muchos seudo-democratas y mediocres profesionales del Derecho deben de ir asimilando entre sus escasas fisuras cerebrales que lo que se menciona en la constitución se debe de cumplir y que la Justicia no es asunto sólo de abogados la justicia es un tema de ciudadanía. Adjunto una frase de Montesquieu escrita en el Espíritu de las Leyes “El poder de juzgar no se puede dar a un senado permanente. Debe ejercerse por personas salidas del pueblo en la forma que lo establezca la ley para formar tribunal transitorio. Este es el único medio como el terrible poder de juzgar no se vincule a ningún estado, a ninguna profesión y se haga invisible y nulo." Saludos Iván Fernández Paz / PROYECTO JURADOS - PERU