Una aproximación a la Web 2.0

Desde hace unos días vengo metiendo mano en el blog en un intento por adaptarlo lo más posible a la Web 2.0. A partir de los cambios es más sencilla la suscripción mediante feeds o correo electrónico (gracias a Feedburner), se pueden compartir los post en redes sociales tipo Digg (cortesía de Add This!) y ofrezco la posibilidad de husmear un poco en mi biblioteca (Library Thing) y en mi colección de CDs (a través de la barra de videos). Planeaba incorporar Feevy en el blogroll (la lista de links de la columna de la izquierda), pero voy a esperar hasta que terminen con el período beta de desarrollo. Y hay decenas de servicios más, casi todos gratuitos, que pueden ver acá.

Ahora bien, ¿qué es la Web 2.0? Alguien escribió por ahí, en una de esas frases que por repetidas pierden su autoría: "Web 2.0 es como el porno. No podría definirlo, pero lo reconozco en cuanto lo veo". El tema es complejo, pero básicamente se puede decir que es una nueva internet en la que, gracias a nuevos servicios, se fomenta la participación de todos los usuarios y el intercambio de información. Es más un cambio social o cultural que tecnológico. Antes, en lo que hoy se denomina Web 1.0, alguien armaba un sitio y millones de personas sólo participaban como espectadores. Ahora son millones los que generan contenidos y además interactúan con ellos. Wikipedia tal vez sea el ejemplo más claro de esto.

La separación de diseño y contenido fue un paso fundamental en este sentido. En las antiguas páginas webs, armadas en el lenguaje HTML, diseño y contenido eran inseparables. Desde hace unos años, con la consolidación del XML, el formato y el contenido ya no son una sola cosa: esto es lo que permite que la información puede ser compatible con distintos soportes y sistemas. Así, los titulares de un diario o las entradas de un blog pueden leerse en un teléfono celular o una palm. O podemos armar nuestra propia página (con un servicio tipo Netvibes) y ver desde allí sólo lo que nos interesa de la inabarcable red.

Aquí ofrecemos el denominado Mapa Web 2.0 (click en la imagen para verlo mejor) realizado por la Fundación Orange. En esta página pueden descargarlo en distintos formatos (jpg, png, gif, pdf, etcétera). En realidad, más que un mapa es una descripción visual de los principales servicios en castellano que forman parte de la Web 2.0.


Este es, sin dudas, un tema que va a sonar cada vez más fuerte durante los próximos años. Se están generando movidas muy piolas, aunque también se plantean unos cuantos interrogantes. Es complicado, al menos para mí, saber hacia dónde va a disparar. Incluso ya se está mencionando la Web 3.0.

Para comprender un poco mejor de qué estamos hablando pueden leer un extenso artículo (en castellano) del irlandés Tim O'Reilly, el tipo que en 2004 acuñó el término Web 2.0. También, claro, acudir a la Wikipedia. O ver el video que armó Michael Wesch, profesor de Antropología Cultural de la Kansas State University.

Ya está bueno Buenos Aires

Mauricio Macri, esta mañana, luego de la conferencia de prensa que brindó en la sede de Pro, en Alsina al 1300. Foto de Leonardo Zavattaro, de la agencia estatal de noticias Télam*.

*Aunque parezca una contradicción, este es un nuevo aporte de la auténtica chica Pro.

El ballottage en YouTube

El tratamiento del ballottage de ayer en los blogs y otros medios electrónicos dio para todo. Desde las reflexiones más interesantes (en los próximos días le vamos a dedicar una entrada al tema) hasta el boludeo más absoluto. Aquí, dos ejemplos de lo que se puede hallar en YouTube: a la derecha (obvio) el video en el cuarto oscuro de un tipo que votó a Macri; a la izquierda otro, pero que eligió a Filmus.

Actualización (25 de junio de 2007, 20.51): Jorge Y. de la G. hace un aporte de imprescindible lectura en uno de los comentarios de este post. Con lo cual la ubicación de los videos ya no es tan obvia.

¿Va a estar bueno Buenos Aires?

Los datos oficiales confirman lo que se preveía: Mauricio Macri ganó cómodo y casi mantuvo la ventaja que había sacado en la primera vuelta. Yo esperaba números algo más parejos (unos diez puntos de diferencia), pero la victoria de Pro nunca estuvo en duda. Aquí van, entonces, algunas reflexiones imprecisas y un tanto obvias sobre lo que pasó y lo que puede pasar:

• En Pro supieron interpretar lo que quería el electorado porteño. Macri lo expresó durante la campaña con un discurso de no más de 200 palabras, y supo venderse como un tipo que hace cinco años cayó de un plato volador y se metió en política. Aquí lo planteamos en términos de modernidad y posmodernidad, que no se si es lo más adecuado pero sí bastante gráfico.

• También supieron vender la idea de que Buenos Aires, así cómo está, es un caos, una ciudad en la que ya no se puede vivir. Y que con Mauricio va a estar buena. Yo creo que ya está buena así como está, a pesar de muchas cuestiones por mejorar (que, en general, no son las que planteó Macri, por lo menos como núcleo duro de su discurso).

• De todas maneras me cuesta entender por qué los porteños lo eligieron. A pesar de las estrategias de marketing mostró la hilacha en varios tramos de la campaña (como la entrevista en La Nación de ayer). Y no lo votaron sólo las señoras gordas de Caballito y los ricachones de Recoleta: como el 3 de junio, volvió a ganar en las 28 circunscripciones electorales.

• La Ciudad no giró hacia la derecha. Siempre se orientó hacia ese lugar. Lo del electorado "volátil" e "imprevisible" es una patraña con la que, seguramente, mañana insistirán los grandes diarios nacionales.

• En el mejor de los casos, con Mauricio habrá que salir a defender a travestis y prostitutas, como planteó hace unos días Tomás Abraham. No quiero imaginar el peor de los casos, pero de todas maneras no le veo margen para bandearse (tipo alambrar la General Paz, por poner un ejemplo tan claro como burdo).

• ¿Cuestiones positivas? Pocas. Alberto Fernández, que nunca tendrá el nivel mínimo de presentabilidad necesario para ser candidato, como monje negro la viene pifiando bastante. Tal vez --tengo serias dudas al respecto-- algo cambie en este sentido.

• Hace un rato, al admitir la derrota, Filmus habló de "construir una fuerza nacional y popular, progresista, para transformar el país", palabras más o menos. ¿Y qué hicieron durante estos cuatro años? ¿Por qué se siguen apoyando en el poder territorial del aparato bonaerense? ¿Por qué Kirchner nunca le terminó de abrir el juego a otras fuerzas, más auténticas en su progresismo?

• No veo riesgos para el Gobierno en octubre, pero las próximas semanas van a ser complicadas. Encima --para el kichnerismo-- ganó el ARI en el Sur.

La foto que ilustra este post es de la agencia de noticias Reuters y fue tomada de Yahoo! News.

A la izquierda y abajo

No, no es el lugar donde debió haber pateado el penal Martín Palermo anoche. Se trata del Political Compass (compás político), un test para conocer en qué lugar del arco ideológico estás ubicado. Lo descubrí a través del blog de El Criador. Por supuesto, es más divertido que riguroso. Como pueden ver (click en el gráfico para agrandarlo) quedé a la izquierda de Nelson Mandela y el Dalai Lama.

De izquierda a derecha aparece un eje "económico", y de arriba a abajo otro "social" o "cultural". Yo saqué -7,50 en el primero y -7.33 en el segundo. Como el cuestionario está en inglés --idioma con el que aún no me llevo del todo bien-- busqué ayuda en el traductor de Altavista. Así está el mundo: por manifestarme a favor de cierto proteccionismo económico, de la distribución del ingreso, de controlar a las grandes corporaciones, de legalizar la marihuana y el aborto y de permitir que las parejas gay puedan adoptar ya me tildan de zurdito.

¡Grande, Román!

Y todavía hay algunos necios que lo discuten...

Nunca dejará de ser Macri

Lord Henry --que ante la falta de un título universitario alardea con uno de nobleza, aunque no tiene dónde caerse muerto-- no es muy adepto a los informes de Televisión Registrada. Cree que sólo se quedan en hallar contradicciones, como expresó hace unas semanas en los comentarios de un post de Mundo Perverso. Pero reconoce, tal vez por simpatía ideológica, que el que emitieron este sábado tiene unos cuantos hallazgos y ayuda a recordar que Mauricio nunca dejará de ser Macri.

El Impreciso en tu escritorio

Como muchos sabrán, el Internet Explorer es el navegador web más popular, pero no el mejor. Existen varias opciones gratuitas superiores al programa de Microsoft. En los últimos años ganó terreno el Mozilla Firefox, y hace unos días Apple lanzó su versión de Safari (en fase beta de su desarrollo) para Windows. En este sistema operativo también están disponibles el viejo y querido Netscape Navigator y el K-Meleon.

Una de las mejores alternativas es el Opera Browser, desarrollo noruego que es gratuito desde su versión 8.50. Fue, por ejemplo, uno de los primeros en incorporar la navegación por pestañas, que ahora ofrecen casi todos los navegadores. Hoy ya está disponible en castellano la versión 9.21.

Aquí destacamos otra cuestión por la que deberían bajarse el Opera: la posibilidad de generar widgets, pequeños programas que permiten tener a mano información actualizada sobre cualquier asunto, desde la hora hasta el clima. Si tienen instalado el Opera y hacen click en la imagen de abajo se generará un widget de El Impreciso, lo que les permitirá mantenerse al tanto, en tiempo real, de las actualizaciones de este blog desde el escritorio de la PC.

¿Qué esperan? ¡A descargar el Opera!

En el mundo feliz de Mauricio...

...siempre hay un policía vigilando. Por las dudas.

Una razón (más) para no votar a Macri

El licenciado en Filosofía (basta de llamar filósofos a estos tipos) Alejandro Rozitchner expone en su blog 100 Volando diez razones por las que va a votar a Mauricio Macri en la segunda vuelta del domingo 24. Algunas son jodidas y otras, infantiles. Aunque hay muchas más, a nosotros nos alcanza con una sola razón para no votar al niño Mauricio: que lo apoye Rozitchner Jr.

Está todo dicho II: versión matemática

Ayer esbozamos algunas cuetiones por las que creemos que el balotaje del 24 de mayo ya está definido a favor de Macri. Hoy vamos a lo mismo, pero con números.

Según los datos oficiales, con el 98,96 por ciento de las mesas escrutadas Macri consiguió 785.833 votos, el 45,62 por ciento de los sufragios positivos.

Como todos sabemos, los votos en blanco, nulos o impugnados no son considerados positivos, por lo que achican el padrón electoral. Macri consiguió el domingo el 45,62 por ciento sobre 1.722.529 votos positivos de 1.781.075 votos totales. Es decir que hubo 58.546 en blanco, nulos o impugnados.

Supongamos que en la segunda vuelta Macri mantiene el mismo caudal de votos de la primera, ni uno más ni uno menos. Supongamos también que varios porteños, que no soportan a Macri pero tampoco los convence Kirchner, deciden votar en blanco o anular su voto. Supongamos que son el doble que en la primera vuelta, lo que no sería del todo descabellado. Y supongamos, por último, que la cantidad de votos impugnados por los presidentes de mesa o los fiscales se mantiene igual y que asiste a las urnas la misma cantidad de gente.

Pasaríamos entonces a tener 107.688 votos no positivos, con lo que el número de sufragios positivos descendería a 1.614.841. Si ahora calculamos el porcentaje de Macri vemos que asciende del 45,62 por ciento al 48,66 por ciento. Es decir que a la fórmula de Pro le estaría faltando apenas el 1,35 por ciento para obtener la mitad más uno de los votos que se requieren para ganar el balotaje.

Como regla general podemos decir entonces que aproximadamente por cada punto porcentual que se achica el número total de votos válidos Macri, con sólo mantener su caudal, sube casi medio punto (este último dato es tan evidente que casi me da vergüenza postearlo).

Dos reflexiones sobre esta parafernalia numeral. Primero: para tener alguna posibilidad, Daniel Filmus debe robarle a Macri parte del 45,62 por ciento del domingo. Segundo: ¿Todavía pensás votar en blanco?

Está todo dicho

Mauricio Macri ganó en Capital con más de 45 por ciento, lo que supera la suma de los votos que consiguieron Daniel Filmus y Jorge Telerman, según los datos oficiales a las 23.

Para la segunda vuelta, los cinco puntos que le faltan los consigue en cualquier lado. De hecho, creo que ya los tiene: sólo basta observar las diferencias entre Macri y Filmus en las primeras palabras públicas luego de la elección.

En una escenografía pulcra, Macri apareció de la mano de Gabriela Michetti, que habló primero. Filmus, en cambio, se paró sobre un escenario plagado de gente y bastante desordenado. Simplifiquémoslo así: lo de Filmus es moderno; lo de Macri, posmoderno. Los porteños hoy prefieren lo segundo.

El Gobierno va a salir con los tapones de punta y, creo, va a ganar aunque pierda porque Kirchner obtendrá su máximo caudal de votos en la Ciudad (¿45 por ciento?). Pero, lo lamento, está todo dicho*.

*El 23 de marzo de 1976 el diario La Razón tituló "Es inminente el final, está todo dicho". Está claro que no vienen tiempos como aquellos en esta nueva Ciudad Pro. Pero definitivamente no va a estar bueno Buenos Aires.

La foto que ilustra este post es de la agencia oficial de noticias Télam y fue tomada de la página de internet del diario La Nación.